Tengo dos sobrinas mellizas de tres años. Esta noche, una de ellas ha cogido una rabieta muy grande y no paraba de llorar. No sabíamos porqué lloraba, y cuando le preguntábamos que si le pasaba o quería algo, no nos contestaba.
Pasado un rato se tranquilizó y entre sollozos se sentó con su hermana que estaba dibujando en una mesita pequeña. Y esta nos quiso imitar y le preguntó: C qué te pasa? porqué lloras?. Ha sido una situación supergraciosa, era imposible no echarse a reír. C iba a contestarle a su hermana: es que... es que... cuando de repente salta mi madre y contesta por ella:- "es que bla bla bla y ya no pasa nada".
Ahí he visto una de las causas por las que soy "gilipollas". Mi madre nunca me ha dejado hablar, nunca me ha dejado expresarme, siempre habla ella por mi. De pequeño si iba al médico era ella quien hablaba, si algún familiar me preguntaba algo, era ella quien contestaba. Mi madre me ha anulado, me ha robado la seguridad en mi mismo.
Cuando mi madre ha terminado de hablar me han dado ganas de recriminarselo. Decirle que no se quisiera meter en todo y que la dejara hablar a ella. Pero mis reproches hacia ella, por cosas como esta o por sus neuras, suelen estar cargadas de odio y resentimiento. Y como estábamos en una situación alegre y graciosa, pues no era plan. Además que tampoco me siento bien después de descargar mi ira y frustración hacia ella, más que nada porque hacerlo no es ninguna solución. Ella no tiene culpa de ser como es (y seguramente no tenga culpa de que yo sea así).
Llevo años mordiendome la lengua, o al menos intentandolo, y procurando no darle malas contestaciones. Sobretodo por recomendación de mi hermana, que me abrió los ojos y me hizo ver que lo que yo le digo, le afecta más de lo que cualquier otra persona le puede decir. Ella es muy débil emocionalmente y más aún durante estos últimos años.
Mi mano y mi boca
Hace 8 años