miércoles, 28 de enero de 2009

Mi Madre

Tengo dos sobrinas mellizas de tres años. Esta noche, una de ellas ha cogido una rabieta muy grande y no paraba de llorar. No sabíamos porqué lloraba, y cuando le preguntábamos que si le pasaba o quería algo, no nos contestaba.
Pasado un rato se tranquilizó y entre sollozos se sentó con su hermana que estaba dibujando en una mesita pequeña. Y esta nos quiso imitar y le preguntó: C qué te pasa? porqué lloras?. Ha sido una situación supergraciosa, era imposible no echarse a reír. C iba a contestarle a su hermana: es que... es que... cuando de repente salta mi madre y contesta por ella:- "es que bla bla bla y ya no pasa nada".

Ahí he visto una de las causas por las que soy "gilipollas". Mi madre nunca me ha dejado hablar, nunca me ha dejado expresarme, siempre habla ella por mi. De pequeño si iba al médico era ella quien hablaba, si algún familiar me preguntaba algo, era ella quien contestaba. Mi madre me ha anulado, me ha robado la seguridad en mi mismo.

Cuando mi madre ha terminado de hablar me han dado ganas de recriminarselo. Decirle que no se quisiera meter en todo y que la dejara hablar a ella. Pero mis reproches hacia ella, por cosas como esta o por sus neuras, suelen estar cargadas de odio y resentimiento. Y como estábamos en una situación alegre y graciosa, pues no era plan. Además que tampoco me siento bien después de descargar mi ira y frustración hacia ella, más que nada porque hacerlo no es ninguna solución. Ella no tiene culpa de ser como es (y seguramente no tenga culpa de que yo sea así).
Llevo años mordiendome la lengua, o al menos intentandolo, y procurando no darle malas contestaciones. Sobretodo por recomendación de mi hermana, que me abrió los ojos y me hizo ver que lo que yo le digo, le afecta más de lo que cualquier otra persona le puede decir. Ella es muy débil emocionalmente y más aún durante estos últimos años.

miércoles, 7 de enero de 2009

Débil

A mediados de Octubre del pasado año, empecé a prepararme los exámenes de Diciembre. Me quedaban solo cinco asignaturas para acabar la carrera, así que me puse desde el principio a estudiar fuerte. Mi idea era presentarme en diciembre a cuatro de ellas, y en enero hacer la otra. Apenas si había un día o dos entre examen y examen y de esta manera estaría más "desahogado".

Conforme iban pasando los días, estudiaba cada vez menos. Soy muy perezoso y vago, y más aún cuando se trata de estudiar. Además de que tres de las cuatro asignaturas que me estaba estudiando, eran de las más difíciles de la carrera, y por tanto de las que más tiempo debes tomarte para estudiarlas. En años anteriores, aunque me había matriculado en ellas, nunca me había presentado ni me las había estudiado. O sea, que eran nuevas para mi.

A falta de una semana vi que no me daba tiempo y decidí dejarme una de ellas para junio (tenía la posibilidad de presentarme o en diciembre o en junio).
Mi plan de terminar la carrera contra antes mejor estaba a punto de fracasar y es que sino aprobaba este año iba a ser un fracaso total.
No había sido capaz de cumplir las metas que me había marcado. Me culpaba por ello. Me culpaba de no tener fuerza de voluntad, de ser tan pasivo, de perder tanto el tiempo de una forma tan tonta.... me culpaba de ser tan débil y de estar enganchado a una droga que se llama lamentación.

Un viernes tuve el primer examen. Era el que mejor me había preparado asi que esperaba aprobar. Antes del examen dió la casualidad que estuve hablando con un compañero de clase que se iba a presentar a la asignatura que yo me iba a dejar para junio y me dijo que tenia una copia del examen que había caido el curso anterior¡. Esa misma noche me la pasó por email. (el examen era el lunes).
Ese fin de semana me propuse memorizar el examen y presentarme a probar suerte, es decir, a ver si ponía el mismo examen que yo tenia. Pero... a mi eso de memorizar y aprenderme algo que no sé de donde viene ni porqué, pues no es lo mio. Así que me puse a mirarme el temario entero. Más o menos recordaba algunas cosas porque me lo había leído semanas atras.

Así pues, me presente el lunes a probar suerte y cual fue mi sorpresa al ver que efectivamente el examen era exactamente igual. Me puse hacerlo y.... joder, apenas si me acordaba de como se hacían las cosas. Lo había tenido delante de mis narices todo el fin de semana, y cuando llego el momento de hacerlo de verdad me empezaron a surgir las dudas. Tuve que ser el único al que le pasó, porque todos los que allí estaban terminaron de hacer el examen media hora antes que yo. Era un peazo examen de tres horas y salí hecho polvo. Otra vez veía que era incapaz de hacer incluso las cosas mas sencillas. Además que había perdido una oportunidad de oro para quitarme un "hueso" y conforme lo hice no sabia si iba aprobar o a suspender.

Los otros dos examens que me quedaban... más de lo mismo. Los llevaba con "sujetos con pinzas". Lo mismo podía aprobar que suspender.



Al final he tenido mucha suerte y he aprobado las cuatro. Dos de ellas incluso con nota alta¡, las otras con cincos (que también me valen). No me creía que con tan poco esfuerzo (aunque cuando empecé a estudiar si que me esforce bastente) iba a obtener estos resultados. Cuando me iba enterando de las notas no me lo creía, había aprobado todas¡... que alegria¡ ya solo me quedaba una asignatura para acabar la carrera... que miedo¡, (sobretodo por que no sé que hacer después).

Ahora tengo mi ultimo examen dentro de trece días (mal número) y voy siguiendo los mismos pasos que en diciembre. Empecé muy fuerte, pero ahora llevo unos días en los que no he hecho nada. Mañana vuelve abrir la biblioteca, allí sí aprovecho el tiempo, así que va a ser cuestión de ir por la cuenta que me trae.